jueves, 9 de julio de 2009

Reciclaje de residuos hospitalarios biocontaminantes pone en peligro a población de Lomas de Carabayllo

En Lima Metropolitana se producen más de 32 toneladas diarias de desperdicios hospitalarios (catéteres, sondas, material quirúrgico, jeringas, tubos de ensayo) cada uno de ellos contiene residuos orgánicos con un alto nivel infeccioso y solo el 50% llegan a los rellenos sanitarios hospitalarios.

Una de las empresas encargadas de administrar la
mayoría de estos lugares en la capital es Vega Upaca S.A., conocida como Relima que, en los tres últimos años, por la falta de control ha permitido que recicladores extraigan residuos altamente peligrosos de manera clandestina. Mientras que, por otro lado, las Empresas Prestadoras de Servicios para Residuo Sólido (EPSRS) que son el nexo entre el los hospitales y Relima, desvían su camino generando actividades ilícitas que atentan al bienestar de la población.


El relleno sanitario "El Zapallal" ubicado en el Asentamiento Humano Las Lomas de Carabayllo, en el distrito de Carabayllo, se almacena la mayor cantidad de residuos hospitalarios. Una parte de estos desechos biocontaminantes son extraídos ilegalmente para su posterior venta en mercados como El Hueco y Las Malvinas.




En la actualidad, el distrito de Carabayllo es considerado como zona de emergencia sanitaria por la Asociación del Grupo Impulsor de Desarrollo Concertado de Lomas de Carabayllo, siendo uno de los lugares más afectados por esta actividad prohibida que pone en peligro la vida de sus 34 mil habitantes quienes están expuestos a epidemias.


DOBLE VÍA

El delito está en las narices de todos. El punto de partida son los diversos centros de salud que diariamente se deshacen de gran cantidad de residuos peligrosos, los cuales son transportados a través de camiones de entidades denominadas Empresas Prestadoras de Servicios para Residuos Sólidos (EPSRS) como Accesorios Ecológicos, Multiservice y Arcupisa, que se dirigen hacia los rellenos sanitarios administrados por Vega Upaca S.A. más conocida como RELIMA. Pero ¿qué ocurre en el camino?




En este negocio ilícito, los diversos lotes son alquilados por sus propietarios para realizar la segregación de residuos hospitalarios biocontaminantes. En el interior de estos predios cercados, de aproximadamente 1000 a 1500 metros cuadrados yacen los desperdicios con los que inescrupulosos inician su labor de reciclaje.



No solo los residuos hospitalarios son segregados sino también alimentos pasados con los que se alimenta a los chanchos que rodean el lugar. Corroborando las declaraciones de la Ingeniera Ambiental de la Municipalidad de Carabayllo Kathia Fuertes Espinoza, manifiesta el ex gerente de la Agencia Municipal de Lomas de Carabayllo, Luís Alberto Becerra Alfaro.





Por otro lado, la segunda ruta que se toma es más corta, pero no menos dañina. Los camiones de dichas empresas EPSRS van directamente al relleno sanitario las Lomas de Carabayllo llevando la carga de residuos hospitalarios que los centros de salud eliminan día a día. Una vez que estos dejan la carga en el relleno, sanitario (El Zapallal) nuevamente pero en otra modalidad, hacen su aparición inescrupulosos recicladores que con costales y linternas en mano empiezan a hacer su equipaje.

Estos recicladores trabajan, en su mayoría, por las noches a vista y pasiencia de miembros de Relima y la Policía Nacional. Estos actos han sido denunciados por moradores de la ciudad y por asociaciones vecinales, así como ambientales ante la Municipalidad del distrito.



Decenas de recicladores esperan la llegada de la oscuridad de la noche, la madrugada y el silencio de la zona para iniciar su actividad clandestina de seleccionar los residuos hospitalarios. Sin embargo, la rentabilidad del negocio hace que familias completas trabajen hasta tres veces por día en dichos depósitos de basura, atentando a su salud y a la de los demás.

Los trabajadores que reciclan residuos pueden ganar hasta más de 150 nuevos soles laborando tres veces por semana, lo que representa el triple del pago que recibe un reciclador de desechos no peligrosos, como botellas, hojas y cartón en el mismo periodo.




Según el ex gerente de la Agencia Municipal de Lomas de Carabayllo, Luis Alberto Becerra, más de trecientos botaderos operarían en el Asentamiento Humano Las Lomas de Carabayllo permitiendo el ingreso de los recicladores sin la mínima protección. Mientras que los policias de la Municipalidad de Carabayllo, cuya misión es proteger a la ciudadanía, son cómplices del delito pues por el pago de una cuota, resguardan la manipulación incorrecta de los desechos peligrosos por parte de los recicladores y los dueños de los botaderos (predios donde se segregan los productos biocontaminantes). Los pagos oscilan entre 300, 150 y 100 nuevos soles, los cuales son atribuidos según el tamaño de la carga proviniente de los hospitales.

Es en este contexto donde familias enteras, jóvenes y niños realizan la selección de los desechos que luego de ser procesados (lavados o quemados) son derivados hacia los diferentes mercados ilegales como El Hueco, Las Malvinas y diversas farmacias aledañas para su posterior venta.





CONTROL DECADENTE

Hace tres años, el director ejecutivo de Salud Ambiental del Municipio de Carabayllo, Luís Rosales Pereda, presentó ante el Ministerio de Salud - mediante DIGESA- un informe que explicaba la situación de riesgo de epidemia en la localidad a causa de estos residuos contaminantes. A pesar de ello, el Ministerio dispuso que era "recomendable" la clausura definitiva de los denominados predios o botaderos más no apoyó en la ejecución de su disposición.




Al año siguiente (2007) el actual jefe del área de Comercialización del municipio de Carabayllo, Luís Becerra, denunció la actividad ilegal de los botaderos ante la segunda Fiscalia de Prevención del Delito en el Distrito Judicial de Lima Norte, y además solicitó que estos locales sean clausurados definitivamente. Sin embargo, esta instancia determinó que el operativo de cierre de los almacenes deberían ser reprogramados pues dispuso que la DIGESA, Policía Ambiental y Divincri de Puente Piedra debían enviarles en un informe declarando, como ilegal, este tipo de locales.

La falta de control en el Relleno Sanitario "El Zapallal", por parte de Relima, y la irresponsabilidad de verificación de los hospitales respecto a sus desechos, ha permitido que recicladores ilegales extraigan, de este lugar, desechos hospitalarios que tienen como destino el Óvalo Principal de Lomas de Carabayllo, donde los llamados "tricicleros" los ofrecen a todo el público. Luego de realizada la primera compra, los nuevos dueños de estos desperdicios los hacen pasar por un proceso de "limpieza", y finalmente son ofrecidos en mercados informales.

Según el informe realizado por la Dirección Salud (DISA) III, los clientes que llegan al lugar compran a 20 céntimos de nuevo sol el kilo de desechos, como guantes quirúrgicos, gasas, jeringas, catéteres, entre otros. Luego los llevan a predios de la zona, en muchos casos a sus mismos domicilios, para lavarlos y posteriormente ser comercializados por 50 céntimos de nuevo sol.


El documento describe que, en su mayoría, los residuos hospitalarios encontrados en ese lugar mostraban restos de sangre. Así mismo precisa que se halló una cantidad "indeterminada" de partes de equipos de venoclisis usados, sondas y equipos de transfución dispersos por el piso.



Además de los objetos y desperdicios con sangre, también se encontraron recipientes vacíos de suero. La etiqueta de estos envases describe la composición del producto, así como la institución a la que pertenece, que es EsSalud.


La Dirección de Salud III de Lima, se encargó de expedir tanto a la Municipalidad de Carabayllo, a la Policía Ecológica y DIGESA, los resultados de las inspecciones que se realizaron en dicha zona.

Cabe aclarar que esta inspección se llevó a cabo en el año 2006, y de este tiempo acá varios predios o botaderos han cambiado su domocilio, para seguir sin problemas con esta actividad ilícita.

El 7 de marzo de este año, debido a las constantes quejas de los moradores de la zona de Lomas de Carabayllo, Kathia Fuertes ingeniera ambiental de la agencia del distrito, remitió un informe a la DIRTEPOL, a la DIVTER y a la DEINPOL, para instar a las entidades a tomar las medidas necesarias de su competencia para resolver el problema.



Es así que, el 12 de mayo se realizó con la ayuda de la policía, la fiscalía y la municipalidad el cierre de dos botaderos o predios involucrados en el delito de atentado contra la salud pública, pero es evidente que con la clausura de estos no cesará la contaminación.







Y... ¿QUIÉNES SON LOS CULPABLES?


Los residuos hospitalarios se caracterizan por tener un alto grado de peligrosidad, pudiendo ocasionar enfermedades patógenas y radioactivas en la zona. Y la situación se podría agravar , pues Lomas de Carabayllo, cuenta con 44 pueblos y más de 5 mil habitantes habitantes (según el último Censo, las familias estarían constituidas por 5 o 7 miembros) , no cuenta con un centro hospitalario solo con postas médicas convirtiéndose así en un campo minado.

Aunque aun no se han registrado muertes por causa de residuos peligrosos, lo cual no descarta que algún inescrupuloso debido a su contacto directo con los residuos haya sido contagiado por alguna enfermedad o fallecido por causa de tal actividad.

Pero se sabe, que el contacto directo con la sangre contenida en estos desechos generaría enfermedades como panadis (similares a tuberculosis), la hepatitis B, el terrible Sida, irritaciones en la piel e incluso malformaciones congénitas provinientes de la radiación.



Por otra parte, la Ley General de Residuos señala que el Ministerio de Salud, a través de la dirección General de Salud Ambiental (DIGESA), es el lente regulador de las actividades de reciclaje, reutilización y recuperación de los residuos hospitalarios. Sin embargo, según la ingeniera ambiental Kathia Fuertes, diversos centros de salud como el hospital Loayza, el hospital de Chancay y otros que pertenecen a EsSalud, no verifican que sus desechos lleguen a los rellenos sanitarios para su destrucción, incumpliendo así con el principio básico "de la cuna a la tumba" estipulado por el Art. 22 y 23 del Plan Nacional de Residuos Sólidos.



Así mismo, la ingeniera ambiental de la municipalidad, afirma que desde hace algunos años axiste una decadencia en el control de los rellenos sanitarios ya que la empresa Relima recién ha ampliado su radio de acción (procesando residuos hospitalarios), y que años anteriores se ocupaba de estos productos biocontaminantes sin permiso de DIGESA.

Ya que ahora tiene la autorización, sigue incumpliendo su función al no contar con ingenieros sanitarios, como lo demanda la Ley de Residuos Sólidos, que puedan verificar la descarga de los camiones en los rellenos sanitarios para que este proceso sea el adecuado y evitar que personas inescrupulosas reutilicen y vendan los residuos hospitalarios.

Pues en el contexto en el que vivimos, con niveles de pobreza elevados, la única salida para algunas familias sería dedicarse a la venta ilícita de estos productos. Pero la responsabilidad de este delito principalmente caería enlos hospitales, por no cumplir con la verificación a sus desechos que se requiere, a Relima por permitir tales desmanes en su jurisdicción y a los dueños de estos predios o botaderos donde se ejecuta la segregación de productos. Adicionalmente a aquellos que compran los desechos y los ofrecen en los mercados de la capital.

SIN RESPUESTA

Ante estos hechos se intentó conversar con algún representante de Relima para que responda a las denuncias planteadas en el proceso de investigación de este reportaje, sin embargo, se negaron colgando la llamada telefónica. Hasta el cierre de este informe se trató de contactar con algún miembro de Vega Upaca pero no se recibió respuesta alguna.

Al parecer las autoridades esperan que Lomas de Carabayllo sea escenario de la más estridente epidemia para recién actuar. Es necesario que se tome conciencia de las terribles consecuencias que ocasionaría el permanente desarrollo de esta actividad ilícita, y así evitar que miles de pobladores sean víctimas de enfermedades mortales que acabarían con las ilusiones de un pueblo encaminado al desarrollo.