martes, 16 de junio de 2009

Raúl Manrique: El niño que no debió vivir, pero que hoy es un campeón de la vida

¿Qué haría usted si al nacer su hijo, el médico le dijera que no debe vivir?

Las velas, los aros y una gran ilusión fueron los ingredientes básicos del matrimonio de Olga y Humberto Manrique, comerciantes huancainos, pues traer un hijo al mundo era el último detalle que les faltaba y el embarazo no se hizo esperar. Pero el día del nacimiento de su primogénito, nadie se imaginaba lo que ocurriría.



El nacimiento de un niño trae felicidad y gozo a una familia pero para los Manrique el nacimiento de Raúl fue diferente. Y la situación de salud del bebé, llevó a que el doctor plantee a la pareja una solución, aunque no fue la más acertada.



Con un hijo que llevar y una gran decisión de sacarlo adelante, Humberto partió de Huancayo para dirigirse a la capital- "La Gran Lima"- en busca de una solución para Raúl.



Fueron más de 14 operaciones que Raúl tuvo que soportar desde sus primeros días de vida hasta hoy, ya más de 33 años. Sin embargo aquí solo comenzaba una vida de luchas, conflictos y humillaciones, pues la sociedad discriminaba a un niño diferente.



Con el diario rechazo, Raúl concluyó la etapa escolar. Una etapa marcada de lágrimas y humillaciones; y ya en la adolescencia la burla del sexo opuesto marcó aún más las heridas de su corazón.



Un mundo de aislamiento, de alcohol, frustrado, sin amigos y sin esperanzas solo sus padres y las palabras de ánimo que le proporcionaban permitió que Raúl concluyera la universidad pero cuando debía comenzar la etapa laboral su situación empeoró.



Y con las palabras de aliento de su madre, Raúl partió a España a estudiar su maestría en caucho y polímeros, quizás para cambiar su sufrimiento y frustración por grados académicos, pues aún estando allí el pensamiento del suicidio lo abrumaba.




Luego de concluídos sus estudios en el exterior Raúl retornó a Perú para sacar a flote el negocio familiar. Inicialmente la empresa que hoy es Industrias Manrique, producía 3 mil pares de zapatos al mes, pero ahora produce más de 15 mil pares demostrando el progreso que ha ido experimentando la empresa no solo en el ámbito nacional sino también en el internacional, pese a la discriminación que experimentó Raúl Manrique a causa de su situación.



Desde hace 4 años y gracias a las gestiones de Raúl, Industrias Manrique exporta calzado de seguridad a Ecuador, Venezuela, Chile y México con proyecciones al mercado europeo, lo cual ha significado un gran crecimiento para su empresa.


Y como Raúl dos de casa diez personas nacen con labio leporino en nuestro país, según el Doctor Carlos Navarro, cirujano especialista en el tratamiento de labio leporino de la Clínica San Felipe.



Felizmente, existen instituciones que ayudan a personas con labio leporino y paladar hendido. Una de ellas es Operación Sonrisa que con ayuda de médicos voluntarios y empresas solidarias brindan tratamiento gratuito a pacientes de diversas edades.



Esta institución cuenta con siete aspectos importantes, que las personas que padecen de esta malformación podrían acceder para su tratamiento. Operación Sonrisa convoca, evalúa , selecciona, brinda charlas y terapias, hospitalización, operación y control post operación para ayudar a estos pacientes. Este tipo de organizaciones, constituyen exelentes opciones para el tratamiento del labio leporino en nuestro país.

Es así, que lejos de cegar la vida de un bebé con labio leporino, hoy en día las personas con este mal pueden experimentar una milagrosa transformación que les permitirá superarse como lo hizo Raúl Manrique...¡El niño que no debió vivir pero que ahora es un campeón de la vida!


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