En la sala 3 del Hospital Dos de Mayo se encuentran los pacientes multidrogo- resistentes, es decir, aquellos que no responden al tratamiento convencional. En él se encuentran infectados con tuberculosis quienes por la gravedad de su caso deberían mantenerse alejados y a puertas cerradas, pero su situación es todo lo contrario.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Perú es una de las naciones más afectadas en el mundo por la TBC, la incidencia anual llega a 162 casos por cada cien mil habitantes cifra similar a las de Afganistán, Camerún y la India.
Por otra parte, no solo las condiciones de infraestructura son precarias sino también la atención en cuanto a la alimentación de los pacientes, el uso de los baños que debería ser exclusivo para los infectados y el abastecimiento de materiales médicos para el tratamiento, todo ello un contingente de contaminación y carente de medidas sanitarias a considerar.
Los médicos y hasta el propio Ministro de Salud, Oscar Ugarte, aseguran que existe un plan de contingencia desde hace 3 años para los establecimientos de salud, pues los hospitales estarían preparados para responder ante cualquier alerta de salud, incluso de presentarse la también llamada influenza AH1N1 o gripe porcina, pero las condiciones en las que permanecen los enfermos aislados por la TBC nos dejan mucho que pensar.
Por otro lado, en el área de neumología del mismo hospital, no se permiten mujeres por falta de espacio y son enviadas al hospital Arzobispo Loayza, es decir, se tiene el factor de hacinamiento pero paradójicamente existen pabellones que no pueden ser usados hace 15 años debido a que un fuerte temblor los dejó inhabitables.
Es así, que según el informe de 18 páginas de la arquitecto Kely Reque, este hospital presenta una vulnerabilidad en su estructura entre media y alta, pero sin embargo nadie toma en cuenta la situación.
Las nuevas enfermedades del milenio, cogen desprevenidos en infraestructura a los centros de salud del país frente a la crisis de salud mundial, pues con estos hospitales en pésimas condiciones, salas contaminadas y en situaciones sanitaras alarmantes, ¿cómo se podría enfrentar una contingencia y más aún una enfermedad letal como la de la gripe porcina?
Ahora que la gripe AH1N1 no tiene un control totalmente eficaz en ninguna parte del mundo es inevitable el énfasis que deben poner las autoridades en estos centros de salud que se caen a pedazos, pues de convertirse dicha influenza en una posible pandemia, estos nosocomios serian la única solución de atención y curación a la que acudiría el común de la población.
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